Día de San Valentín

(La Leyenda)



A través de los siglos se han conjugado toda una
serie de leyendas y tradiciones intentando
explicar el origen de este día
tan especial, aquí una de ellas:

El año 270 d.C. Roma está en plena
decadencia y toda ayuda es poca para evitar que
el Imperio se desmorone. Al emperador Claudio II,
que sabe lo que se juega en el campo de
batalla, le da por pensar que los hombres casados
rinden menos porque están emocionalmente ligados a
sus familias, y que los solteros son mejor
soldados. Así que prohíbe el matrimonio.

Por supuesto, la noticia no es bien acogida.
Valentín, un obispo cristiano, decide quejarse a
su manera y en secreto comienza a unir en sagrado
matrimonio a las parejas de jóvenes enamorados
que a el acudian.



Cuando el emperador lo descubre hace detener a
Valentín e intenta convencerle para que renuncie
al cristianismo como no lo consigue lo condena a
morir.

Durante las últimas semanas de su vida,
sucedió un milagro:
El carcelero, habiendo visto que Valentín era un
hombre de letras, pidió permiso para traer a su
hija, Julia, para recibir lecciones de él. Julia,
quien había sido ciega desde su nacimiento, era
una joven preciosa y de mente ágil. Valentín le
leyó cuentos de la historia romana, le enseñó
aritmética y le habló de Dios.



Ella vió el mundo a través de los ojos de
Valentín, confió en su sabiduría y encontró apoyo
en su tranquila fortaleza.

-"¿Valentín, es verdad que Dios escucha nuestras
oraciones?" Julia le preguntó un día.
-"Si, mi niña. El escucha todas y cada una de
nuestra oraciones," le respondió Valentín.
- "¿Sabes lo que le pido a Dios cada noche y cada
mañana? Yo rezo porque pueda ver. Tengo grandes
deseos de ver todo lo que me has contado!"
Valentín le contestó:



-"Dios siempre hace lo mejor para nosotros,
si creemos en El."-"Oh, Valentín, yo si creo en
Dios", dijo Julia con mucha intensidad.
-"¡Yo creo!"
Ella se arrodilló y apretó la mano de Valentín.
Se sentaron juntos, cada uno en oración. De pronto,
una luz brillante iluminó la celda de la prisión.
Radiante, Julia exclamó,
- "¡Valentín, puedo ver, puedo ver!"
- "Gloria a Dios!" exclamó Valentín.



En la víspera de su muerte, Valentín le
escribió una última carta a Julia pidiéndole
que se mantuviera cerca de Dios y la firmó:
"De Tu Valentín", iniciando así la tradición de
enviar mensajes de amor.

Fué ejecutado el día siguiente, el 14 de febrero
del año 270, cerca de una puerta que más tarde
fuera nombrada Puerta de Valentín para honrar su
memoria hoy llamada Porta del Popolo en Roma.
La mayor parte de sus reliquias están ahora
en la iglesia de Santa Praxedes (cerca de la
basílica de Sta. Maria la Mayor, Roma) .

Se cuenta que Julia plantó un Almendro de flores
rosadas junto a su tumba. Hoy, el árbol de
almendras es un símbolo de amor y amistad
duraderos.



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