
Pensamientos sobre la Paz

No hay guerras justas, ni guerras santas.
Los verdaderos perdedores, no siempre son los vencidos.
Son aquellos que aún ganando la guerra, vivirán una
vida de perdedores, despojados de algo de gran valor
que perdieron en la batalla, la propia dignidad. Y a
solas vivirán con el recuerdo y la responsabilidad de
todas las muertes que causó su objetivo.

Ganar no es conquistar el terreno disputado, es
conquistar la paz, conquistar nuestra humanidad, nuestra
capacidad de renunciar o compartir, eso es ganar,
poderse mirar al espejo y ver a un ser humano de mirada
transparente.

Jugamos a las guerras, como si la vida de los que mueren
en las batallas, no importarán más que pequeños
soldados de plomo.
Un juego perverso y absurdo, cuyos motivos son enterrados
tras el primer disparo.
pero pocos conocen los verdaderos móviles que
llevan a la guerra.
No hay motivo, excusa ni razón para iniciar una batalla
donde habrá muertos y heridos, de cuerpo y de alma.

La guerra, es el mayor de los absurdos que el hombre haya
inventado, y los verdaderos motivos, son diferentes para
cada uno y ocultos para la mayoría.
Ocultos incluso para los soldados que disparan sin pensar,
sin mirar, sin pararse a sentir nada que no sea el odio
que les han enseñado.

Porque si el soldado se para a pensar, si se atreve a
mirar, sin el odio aprendido, siente, y ya no es el
soldado, es el ser humano, igual al que tiene al frente.
Entonces comprende, ve, piensa... y el soldado ya no
dispara.
¡Por favor, que nuestros soldados piensen, miren y sientan!.
Que nuestra sociedad no vea enemigos en las diferencias,
si no complementos.

Que los hombres de nuestro planeta, no vean contrarios,
ni tierras que saquear, que vean seres humanos y tierras
donde compartir.
Ojalá y un día, todos los hombres seamos guerreros de la
paz, y cambiemos las armas por respeto, el resentimiento
por perdón y el afán de poder por el placer de convivir.
Todos tenemos mucho que perder en las batallas. En ellas
perdemos cosas de gran valor.
Seamos capaces de entender, que no solo nosotros tenemos
derechos.

Cada uno somos necesarios, únicos y de gran importancia.
En el siglo XXI no podemos proclamar:los vencedores sobre
un montón de muertos. ¿Acaso detuvimos nuestra evolución?.
Despertemos. Busquemos nuevas formas de vivir, tenemos
la capacidad para hacerlo.
Desconosco el autor

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