Como curarse de la Melancolía



La siguiente receta es de un gran psicólogo,
Alfred Adler, discípulo de Freud:

"Procure pensar cada día el modo en que pueda
agradar a alguien. Realizar una buena acción
es lo que provoca una sonrisa de alegría en el
rostro de alguien;

¿Por qué una buena acción, produce bienestar?



Por una razón sencilla:
Cuando uno se preocupa de su prójimo deja de
pensar en el miedo y la melancolía.
El mismo autor dice en otro lugar:
"El individuo que no se interesa por sus semejantes
es el que tiene las mayores dificultades en la vida
y causa las mayores heridas a los demás; de esos
individuos surgen todos los fracasos humanos".



Decía un sabio: "Hacer el bien a los demás no es
un deber, es una alegría; porque aumenta tu
propia salud y tu propia felicidad".

Y Benjamín Franklin: "Cuando eres bueno para
los demás, eres mejor para ti mismo". O, si
quieres una expresión un poco más poética, dice

Un proverbio chino: "Siempre queda un poco de
fragancia en la mano que te da rosas".



El consejo del psicólogo es eficaz, cura la
melancolía.
Quienes han probado muchos medios
para liberase de ella sin resultado, no pierden
nada con intentar este método, que consiste en
ayudar al prójimo, hacer una acción buena cada
día, durante 14 días.
¿Quién iba a pensar que aquellas palabras:



"Ama a tu prójimo como a ti mismo",

son el recurso psicológico más eficaz
para curar la tristeza del corazón humano?.
Por otra parte, no es difícil hallar ocasiones
de hacer el bien, porque el mundo está lleno de
problemas y necesidades de todo tipo. Puedes
empezar por tu propia casa, y seguir luego, por
fuera; ten la seguridad de que el 75 por ciento
de las personas con que te encuentras cada día
tienen necesidad de cariño, de alegría, de algo
tuyo. Dales algo y saldrás beneficiado.



Una buena acción, por ejemplo:dar una limosna ,
una sonrisa franca, una felicitación sincera,
en fin, tantas cosas.

Generalmente nosotros hacemos lo contrario,
preocuparnos de nosotros mismos y los demás...
¡que se aguanten!; eso se llama egoísmo, y de
eso estamos llenos ¡hasta las orejas!
Su resultado, es la tristeza y la amargura;
tenemos dentro de nosotros las cosas más
contrarias:



la felicidad y la tristeza.
Seremos nosotros los que construyamos
nuestra alegría, o nuestra desdicha,
según usemos una de estás dos herramientas:
El "egoísmo" o el "amor".



¡Qué buen programa de vida, sería buscar hacer
felices a los demás, sin buscar compensaciones!
¡Inténtalo!, en tu trabajo, en la sociedad;
Sucederá algo asombroso, la fórmula es mágica.
Me impresiona mucho que un ateo famoso llegara
a decir palabras como estas:
"Si el hombre ha de extraer algo de alegría
de su paso, debe pensar
en hacer las cosas mejores, no solamente para sí,
sino también para los demás; ya que su propia
alegría depende de su alegría en los demás y de
los demás en él".



Si hemos de hacer las cosas mejores para los
demás, conviene hacerlo pronto; porque el tiempo
pasa. Pasaré por este camino una sola vez.
Cualquier bien que pueda hacer o cualquier afecto
que pueda mostrar, debe ser para hoy, no debo
posponerlo o descuidarlo, porque no pasaré de
nuevo por este camino.



"Ama a tu prójimo como a ti mismo". Esto no es
sólo un mandamiento; es una terapia increíble
para el corazón triste. El esfuerzo por amar
aleja de ti la melancolía.



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