Lección de Vida

por: Facundo Cabral



Nacemos para encontrarnos (la vida es el
arte del encuentro), encontrarnos
para confirmar que la humanidad es una sola
familia y que habitamos un país
llamado Tierra. Somos hijos del amor,
por lo tanto nacemos para la
felicidad (fuera de la felicidad son todos
pretextos), y debemos ser
felices también por nuestros hijos, porque
no hay nada mejor que recordar
padres felices.

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso
por la Tierra es tan corto, que
sufrir es una pérdida de tiempo. Además,
el universo siempre está
dispuesto
a complacernos, por eso estamos rodeados
de buenas noticias. Cada mañana es
una buena noticia. Cada niño que nace es
una buena noticia, cada cantor es
una buena noticia, porque cada cantor es
un soldado menos, por eso hay que
cuidarse del que no canta porque algo
esconde.



Eso lo aprendí de mi madre que fue la
primera buena noticia que conocí.
Ella nunca usó agenda porque sólo hacía lo
que amaba, y eso se lo recordaba
el corazón. Se dedicó a vivir y no le
quedaba tiempo para hacer otra cosa.
De mi madre también aprendí que nunca es
tarde, que siempre se puede
empezar de nuevo, ahora mismo, le puedes
decir basta a la mujer (o al
hombre) que ya no amas, al trabajo que
odias, a las cosas que te encadenan
a la tarjeta de crédito, a los noticieros
que te envenenan desde la mañana,
a los que quieren dirigir tu vida, ahora
mismo le puedes decir "basta" al
miedo que heredaste, porque la vida es
aquí y ahora mismo.
Me he transformado en un hombre libre
(como debe ser), es decir que mi vida
se ha transformado en una fiesta que vivo.



Que nada te distraiga de ti mismo, debes
estar atento porque todavía no
gozaste la más grande alegría ni sufriste
el más grande dolor. Vacía la
copa cada noche para que Dios te la
llene de agua nueva en el nuevo día.
Vive de instante en instante porque
eso es la vida. Me costó 57 años
llegar
hasta aquí, ¿cómo no gozar y respetar
este momento? Se gana y se
pierde, se
sube y se baja, se nace y se muere.
Y si la historia es tan simple,

¿por qué te preocupas tanto?.
No te sientas aparte y olvidado, todos
somos la sal de la Tierra. En la
tranquilidad hay salud, como plenitud
dentro de uno. Perdónate, acéptate,
reconócete y ámate, recuerda que tienes que
vivir contigo mismo por la
eternidad, borra el pasado para no repetirlo,
para no abandonar como tu
padre, para no desanimarte como tu madre,
para no tratarte como te trataron
ellos, pero no los culpes porque nadie
puede enseñar lo que no sabe,
perdónalos y te liberarás de esas cadenas.



Si estás atento al presente, el pasado no
te distraerá, entonces serás
siempre nuevo. Tienes el poder para ser
libre en este mismo momento, el
poder está siempre en el presente porque
toda la vida está en cada
instante, pero no digas "no puedo" ni
en broma porque el inconsciente no
tiene sentido de humor, lo tomará en
serio y te lo recordará cada vez que lo intentes.
Si quieres recuperar la salud abandona
la crítica, el resentimiento y la
culpa, responsables de nuestras
enfermedades.



Perdona a todos y perdónate, no hay
liberación más grande que el perdón, no
hay nada como vivir sin enemigos.
Nada peor para la cabeza y por lo tanto
para el cuerpo, que el miedo, la culpa,
el resentimiento y la crítica que
te hace juez (agotadora y vana tarea)
y cómplice de lo que te disgusta.
Culpar a los demás es no aceptar la
responsabilidad de nuestra vida, es
distraerse de ella.



El bien y el mal viven dentro de ti,
alimenta más al bien para que sea el
vencedor cada vez que tengan
que enfrentarse.
Lo que llamamos problemas son
lecciones, por eso nada de lo que nos
sucede es en vano.

No te quejes, recuerda que naciste desnudo,
entonces ese pantalón y esa
camisa que llevas ya son ganancia.
Cuida el presente porque en él vivirás
el resto de tu vida. Libérate de la
ansiedad, piensa que lo que debe ser
será, y sucederá naturalmente.


enviado por: Techy Cárdenas R.



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