Los que lo invocan tienen ideas acertadas.
He aquí porqué existen ignorantes
que saben más que eruditos.
Cuando alguien está conducido por el Dios
de fuerza y de Luz, no puede equivocarse.
El espiritu Santo es Luz y fuerza,
él nos permite distinguir lo verdadero de lo falso
y el bien del mal.
El Buen Dios enviándonos al Espiritu Santo
se ha comportado con nosotros como un gran rey,
ese rey pediría a su ministro de conducir a un sujeto,
diciendole:
"Acompañará a este hombre por todos lados
y lo traerá sano y salvo"
¡Es hermoso estar acompañado por el Espiritu Santo!
Él es un buen guía.
El Espiritu Santo nos conduce como
una madre conduce a su hijo de dos años,
como una persona vidente conduce a un ciego
Tenemos que decir cada mañana;
"Mi Dios, envíeme su Espiritu Santo
que me hará conocer
quién soy y quién es usted"...
Un alma que posee el Espiritu Santo
gusta un exquisito sabor en la oración,
no pierde jamás la santa presencia de Dios.